domingo, 7 de septiembre de 2008

Si quieres hacer reir a Dios, solo cuentale tus planes.

Durante mi segundo viaje a Europa, en los años jóvenes, quise resumir una distancia entre Barcelona y Madrid y conseguí lugar en el único tren expreso catalán, fila 15 asiento junto a la ventana y al grupo de mujeres veteranas que desbordaban con frutas y ofrecían naranjas a los solitarios trotamundos de mi especie.
Chirrrrrearon las vías y el mundo quedó un poco en silencio, ese silencio que se siente de fondo en donde los pensamientos hablan en voz alta y los murmullos son el papel de color añejo. Vimos irse a la estación y venirse a los arbustos del camino. Son cada vez mas los que invaden los costados de las vías y un poco intermitentes te dejan algún espacio libre para ojear el resto del paisaje que ellos mismos van dibujando.

Buenos días señores pasajeros...este es el tren expreso catalán directo a Madrid...con parada en todas las estaciones y apeaderos...
Se imaginan bien. Sí pedí las explicaciones del caso, y no me quedó clara hasta el día de hoy la definición de expreso en idioma catalán.
Pero también entendí que la propia vida da muchas vueltas y que siempre que quieras hacer reír a Dios, solo debes contarle tus planes.
Me reí porque siempre tiendo a encontrar el sentido humorístico de las cosas, y me volví a reír cuando me doy cuenta de que el personaje de esta historia estoy siendo yo...con parada en todas las estaciones y apeaderos...ja ja ja!!!

Este blog pretende un poco eso, contar las cosas que surgen de la propia vida, rescatar las aventuras, los viajes, la imaginación, los amigos que traen las latitudes y las estaciones y los inevitables apeaderos anecdóticos por donde transitamos todos.

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